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Terrorismo de la élite

Hoy vengo experimental. Aprovechando el primer aniversario de los atentados de París, he decidido grabar mi primer podcast «serio». No pretendo teorizar sobre los atentados, quien los ha cometido y los objetivos del NWO. De eso ya han cacareado con más o menos acierto muchos otros durante este mes. Pero de lo que no se ha hablado es de por qué. La razón. El cómo. En eso pretendo sumergirme, en vez de usando el formato texto, de viva voz, explicando los objetivos y como los están llevando a cabo. Pero como los están llevando a cabo DE VERDAD. No meras conjeturas, retrovisores o periodistas travestidos.

Y esto son algunos contenidos extra para apoyar el podcast.

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Un rabino israelí asegura que el Estado Islámico es un aliado de Israel

“Las pretendidas democracias de todos los tiempos han sido confabulaciones de profesionales para aprovecharse de las masas y excluir a los hombres eminentes… La premisa de su mentira fue la existencia de un “pueblo” capaz de asumir la soberanía del Estado. No hay tal: las masas de pobres e ignorantes no han tenido, hasta hoy, aptitud para gobernarse: cambiaron de pastores.” (El hombre mediocre, José Ingenieros)

Mientras no seamos capaces de entender que en los tiempos actuales ningún movimiento de masas que no interese al poder llegará jamás a prosperar, no seremos capaces de entender nada. Hoy en día, el poder cuenta con herramientas más que suficientes para convertir un movimiento minoritario en un movimiento de masas favorable a sus objetivos, o, si se diera el caso, para desmontar de la noche a la mañana un movimiento de masas que pudiera ser contrario a sus intereses. La televisión, la radio, la prensa o internet son algunas de las armas que el poder utiliza para tales fines (1).

vía Conspiración Abierta: La consulta soberanista catalana: estrategia de la tensión al servicio del Nuevo Orden Mundial..

G20… Esto lo hemos escuchado todos varias veces durante los últimos, pongamos, 5 años. No sabemos bien qué significa la «G», pero al menos si sabemos lo que significa el «20», es decir, los 20 países más importantes del mundo. Allí están, claro, los de siempre: USA, GB, Francia, Japón, etc… Y después, los llamados «emergentes»: Brasil, China, Rusia, Argentina, etc… España, obviamente, no está, primero porque no lo merece, y segundo porque no llega, que son dos cosas distintas (estamos los treintaitantos en la escala mundial, según parece…). A veces «nos han dejado ir» (Francia nos invitó a un evento del G20) más por lástima que otra cosa, pero no merecemos estar en este punto. Pero no es la auto-compasión lo que me mueve a escribir, sino otra cosa:

¿Qué ocurre con el viejo orden mundial?

El siglo XX ha sido un periodo centrado en la lucha de poder mundial de dos o tres grandes potencias: USA, URSS/Rusia y GB (esta última cedió casi todo su poder a partir de los años 40, tras el fin de la guerra). Después surgió la polaridad y finalmente ganó el capitalismo representado por USA, con lo que de esos trigos vienen estas pajas… Pero ahora hay un vacío de poder. Es evidente que USA ya no es la primera potencia mundial (ya desde hace un tiempo) aunque nos hayan ocultado este dato durante una década más o menos. Europa tampoco es competencia porque aunque intentó con su moneda-deuda el euro superar al dólar, simplemente fuimos el hazme-reír y ahora estamos literalmente en bancarrota. No nos engañemos, el país más poderoso del mundo ahora mismo es China: tiene la mitad de la deuda estadounidense y la tiene repartida tanto financiera como industrial. Y sí, Nixon se removería en su tumba, pero las razones de porque esto es así (los comunistas inferiores comprando los países capitalistas superiores, Dios mío…) me gustaría comentarlas en otro artículo, ya que son diversas y complejas. También tiene altas participaciones de deuda en Europa y otros países, así que podemos decir con toda autoridad que sí, son los amos del mundo. No creo que sean ni mejores ni peores que los que hemos tenido hasta ahora. Simplemente es la evidencia.

¿Y por qué esto es así? ¿Qué razones hay para que se haya dado este giro? Evidentemente nadie pierde el poder sin razón, ya sea propia o ajena. Los grandes imperios desaparecen, eso nos dice la historia. Por error o por conspiración, los grandes imperios han ido dando paso a otros que han ido pergeñándose sucesivamente y ganando posiciones, tirándose del podio unos a otros hasta que al fin prevalece uno. A esto es a lo que siempre se ha llamado «viejo orden mundial». Pero, ¿y el nuevo? ¿Y el famoso NWO de Bush? ¿Quien puede representar mejor los ideales de ese nuevo orden mundial que un país que tiene partido único, que está sojuzgado a su ejército y que controla de forma total y absoluta su economía, sin religión y con el sometimiento total de su población? No me hagáis decirlo, sé que sois inteligentes como para sacarlo por vosotros mismos…

El G20 se ha creado como un contrapeso, una forma de evitar que ese país tenga un control absoluto en los primeros momentos. Siguiendo la teoría hegeliana de la historia, es necesario que exista ese conflicto para que la historia siga marchando hacia delante, siga funcionando. Eventualmente, ese país terminará teniendo el control absoluto, pero será algo que ocurrirá de forma paulatina y pronto nos acostumbraremos a ello. Es un país con un ejército más o menos permanente de 200 millones de personas. Nadie puede contra eso. Ni aunque se unieran todas las demás naciones del mundo, todas, se podría vencer a semejante máquina. No nos engañemos, no es una cuestión de ser pesimista, sino más bien comprender que hay una serie de hechos fácticos que son ineludibles por poco que nos gusten.

No sé si os habéis dado cuenta, pero muchas de las políticas que se están imponiendo a los países «rescatados» son básicamente políticas que bien podrían provenir de ese país que os digo… Están experimentando con nosotros, y en breve vamos a poder ver las consecuencias de esos experimentos. En nosotros queda tener la fuerza y la capacidad de resistir y ser superiores, espiritual y mentalmente hablando. En nuestras manos encomendamos nuestros espíritus…

Occupy your mind…

Este artículo tiene un doble sentido… Luego lo explico.

Por un lado, quería hacer una reflexión acerca de lo que ha sido este año en lo que se refiere a las «revoluciones» sociales. Al ver la portada de la revista Time, no he podido evitar hacer memoria y he asociado un montón de ideas que se han agolpado en mi cabeza, pero que al final han tenido en todo caso el mismo desenlace: este año ha sido una total pérdida de tiempo, socialmente hablando. No ya por los movimientos «de protesta», sino por los retrocesos en los mismos derechos sociales que antes dábamos por hechos, y que ya podemos ir despidiendo de nuestras vidas, sino este año que viene, en los siguientes.

Por un lado, «occupy you mind» lo aplico a los que, invariablemente, han «inceptado» (aunque suene raro, tengo que agradecerle a Di Caprio el haber introducido esta expresión en mi diccionario) ideas falsas en muchas miles de personas de tal forma que les ha sido relativamente sencillo conseguir un efecto especial muy deseado por ellos: la prueba final y definitiva de que es posible manipularnos de cualquier manera, de forma fácil y rápida. Los casos extremos han sido los de los países árabes, claro, pero ahí echaron mucha más madera que en occidente, donde siempre van más suaves… Hace meses en este mismo blog hablábamos de lo que ocurriría y casi se ha cumplido palabra por palabra. En términos globales, se han conseguido los objetivos de la élite de forma que podríamos decir total, y las aspiraciones del populacho simplemente se han visto mermadas y hundidas de forma irremediable… La cuestión es que no parece pasar nada. No hay desesperación, no hay quejas al respecto… Estamos tan sumamente condicionados que incluso los que se habían hecho ilusiones simplemente bajan la cabeza y se resignan. No hay espíritu de lucha (no hay espíritu en general) y las consecuencias son las que podemos apreciar: en el 2012 van a hacer uso de esta nueva arma a su antojo, tapando problemas realmente serios y haciendo que la gente se crea activa y en lucha con discusiones de salón. Y mientras, nadie se entera de que es posible que estemos al borde de la III guerra mundial. Tan triste como esto es en lo que nos hemos convertido…

Pero hay otra cuestión, y es que pienso que ya es hora de que la gente «occupy your mind»… Es decir, que la gente comience a darse cuenta de la manipulación y la combata, con espíritu propio y guerrero. Que no se deje embaucar por los fuegos de artificio de un sistema que cada día lo absorbe más todo. Ya hemos comentado estas cuestiones y ciertamente es complejo. Soy plenamente consciente de que no es posible, y es más, aunque fuera posible convencer a la gente de ello, estaríamos afectando a su libre albedrío de una forma ominosa, y eso, espiritualmente, es un límite. Cada uno de nosotros tiene su momento y su lugar, y nuestra misión es, sin duda, ayudar a los otros a entenderlo y conseguirlo. Pero la realidad es que la gente ahora mismo no tiene mente propia, tal vez porque no tiene espíritu propio… Y son estas personas las que, por mucho que nos duela, van a seguir sufriendo al sistema. La insumisión social se convierte, hoy por hoy, en un asunto de supervivencia. Es sin duda una cuestión vital.

Aun quedan muchas consecuencias de lo que ha sido este año por aparecer, y no sabemos como van a ser las cosas en adelante, o al menos, como mucho, podemos hacernos una idea… Pero una cosa es cierta: pase lo que pase, ya hemos alcanzado el punto de no retorno. El Nuevo Orden Mundial ya está definitivamente aquí y ahora sólo nos queda, como siempre, tomar una decisión: ¿voy a agachar la cabeza y obedecer o voy resistir, seguir siendo humano pase lo que pase? En cada uno de nosotros está la respuesta…

El triángulo de poder

El mito de la caverna

Siempre que veo The Matrix o pienso un rato en ella, me viene a la mente la misma idea, ya reflejada por Platón en su «mito de la caverna», expresado en su «República»: el mayor problema que tenemos tanto como individuos como también en sociedad es que estamos ciegos. El filósofo griego la introdujo como método explicativo de lo que ocurre cuando se logra el más alto conocimiento como parte del conjunto social. Pero de una forma más profunda, identifica unos postulados epistemológicos (en cuanto a la obtención y uso de esos postulados) que están directamente relacionados con una idea concreta: el conocimiento y su ausencia como conductores de la sociedad política. En términos más llanos, básicamente es lo que la película intenta transmitir: como ciudadanos, se nos ha ocultado la realidad mostrándonos otra «realidad» en base a mentiras y miedo, de manera que cuando descubrimos la verdad nos asombramos e incluso la negamos, ya que no podemos entender como eso era posible mientras nosotros creíamos ciertas otras cosas. Pero al mismo tiempo, se encuentra la dificultad de conseguir que los demás comprendan ese conocimiento que a ellos le son negados, no entendiendo como es posible y tildando definitivamente como un loco al que ha conseguido ese conocimiento. Todo ello se va manifestando a lo largo de la película de forma más o menos expresa, por medio de la metáfora de las máquinas, metáfora que por cierto ha venido muy bien a la élite para convencer a mucha gente de que incluso vive en una realidad controlada por ordenador. Sí, es cierto: mucha gente se convenció de que era posible que viviéramos en una realidad computerizada. Me hacían gracia esos estudios que decían que «había un XX% de probabilidades de que vivieramos en un sistema informático». Válgame el cielo.

Platón expresaba por medio de su metáfora que las personas vivimos una ilusión: los que vivían en la caverna sólo veían sombras, que eran gente normal que pasaba delante de ellos con velas. De esa forma, si tenías así a la gente durante muchos años, terminarían creyendo que lo único que existían eran las sombras con velas: condicionamiento mental basado en la propaganda. Al final, cogían a uno, lo llevaban a fuera y le enseñaban como era el mundo, y al volver a la caverna, este les decía que había un mundo maravilloso ahí fuera, y que todo era guay del paraguay. Los demás, claro, no le creían, porque no era posible que existiera algo más que las sombras que veían a diario. Este mito se ha interpretado de múltiples maneras: políticas, sociales, religiosas, culturales… Pero ninguna de esas interpretaciones es correcta. Hay que considerar que tanto Platón como Sócrates, su maestro, eran esotéricos, y formaban parte de cultos místicos y mistéricos. Lo que Platón estaba expresando en este mito era, ni más ni menos, lo que sabía que le ocurría a todo el mundo al vivir en esta realidad material: que todo lo que existe a nuestro alrededor es puro humo, una forma de existencia basada en el autoconvencimiento y el nulo criticismo frente a la realidad. El pobre que salía y luego les contaba lo que había visto no era ni más ni menos que un pobre hombre que ni siquiera él mismo creía lo que veía. Esto es lo que ocurre normalmente cuando las personas se dan cuenta de lo que ocurre: tienden a levantar un muro mental para ocultar el hecho de que han vivido engañados toda la vida. Eso es demasiado para nuestra mente, que tiende a rechazarlo hasta que, finalmente, se da cuenta de que es lo único real.

Nuestra sociedad se basa en la pugna entre ese conocimiento y su ausencia, como indicaba antes. Recuerdo una metáfora explicada por Icke que muestra muy gráficamente este mismo problema: imaginemos una granja llena de vacas. Las vacas están felizmente ahí, paciendo, y ocasionalmente las ordeñan para sacar leche. Pero de vez en cuando, una de ellas desaparece. Las otras no saben que ha pasado, pero eso ocurre al menos una vez a la semana. Un día, una de las vacas ve como se llevan a una de ellas y la meten en un camión que dice «MATADERO». Enseguida se lo va a contar a las otras, que la miran como si estuviera loca: «pero que dices, eso es imposible… ¿Para qué querría el granjero matarnos? ¿Qué crees que va a hacer, comernos?» Y dice otra indignada: «pues no puede ser: yo tengo acciones en ese matadero, no es posible que nos estén matando allí para hacernos salchichas…». Al fin, la vaca que lo ha visto todo sólo tiene dos alternativas: o ceder a la presión social y continuar hasta que le toque, o intentar escapar de la granja para evitar en la medida de lo posible que le toque a ella la siguiente vez.

Cuando ocurrió lo de Haití, recuerdo la noticia de que miles de bidones de agua mineral sin abrir habían sido abandonados por el ejército americano nada más que llegaban al aeropuerto. Esa noticia me impactó, desde luego, aunque ya sabía lo que había detrás, pero mucha gente se impactó tanto, porque no se imaginaban ni remotamente que lo que ellos habían donado simplemente no habían servido para nada, que en muchos casos comenzaron a abrir los ojos (que no es lo mismo que despertar) a la realidad en la que estaban viviendo: eso mismo, se lo contaban a otra gente y estos no lo creían. No era posible que hicieran eso en aquel desastre. Pero hay vídeos en YouTube que lo demuestran:

Esto hace que muchos se pregunten: ¿Por qué pasa esto? ¿Qué razones hay para que ocurran cosas como estas? Pero la pregunta que se deberían estar haciendo es porqué ellos lo consienten. Sí, entre todos consentimos que ocurra, no haciendo lo necesario para evitar que nos sigan engañando con las sombras ante nosotros, bailando en la oscuridad. Ellos nos manipulan y nosotros sólo miramos con estupor los resultados de sus obras. Somos, en realidad, cómplices del suceso, y somos también colaboradores necesarios porque sin nosotros, nada de esto sería posible. La única reacción posible no es «indignarse» (véase aquí las correlaciones entre el 15M, el anarcocapitalismo y el NWO), sino preguntarse a uno mismo en sus adentros qué hace mal y como solucionarlo. Porque la solución no está en los demás, sino en cada uno de nosotros. Ya he comentado posibles soluciones en artículos anteriores, pero básicamente todo se resumen en no seguir sus mandatos y sus reglas. No comprarles innecesariamente, no votar, no perder tiempo y esfuerzo inútilmente en cosas que no nos van a reportar beneficio alguno, etc… En definitiva: vivir nuestra vida momento a momento como el mejor y más importante, porque eso es lo que es. Levantarnos, no seguir mirando las sombras del muro y salir afuera, y descubrir lo que nos depara el mundo real. ¿Y tú, vas a seguir en las sombras para siempre o piensas ser libre?

Estuve viendo el otro día la película Ga’Hoole (reconozco que el 3D está currado, aunque la historia, argumentalmente hablando, deja que desear), y aunque en el momento hay cosas que no chirrían demasiado, pensadas a posteriori sí lo hacen.

La historia narra la aventura de una lechuza joven, convencida de los antiguos mitos son ciertos, que es raptada por un malo malísimo (el típico militar con complejo de Napoleon), que comanda un ejército maligno de lechuzas para imponer una idea de raza superior a todas las tribus de lechuzas del mundo. Bueno, lo ya sabido. Por supuesto, el protagonista huye y termina en el «paraíso de las lechuzas», donde los guardianes (no se sabe de qué, nunca lo dicen) viven en un árbol sagrado con otro ejército (de buenos soldados, claro) que puede terminar con el otro. Finalmente, a pesar de todo, consiguen vencer al malo malísimo y todo termina superbien, convirtiéndose así el protagonista en un héroe para todas las lechuzas.

Aparte de que la historia tiene de infantil lo que yo de sueco (o sea, ni un átomo de ADN), hay varios puntos que he podido desgranar que son interesantes desde el punto de vista de la programación mental a la que nos someten incansablemente desde Hollywood:

  • La lechuza es un animal sagrado para los Illuminati y muchas organizaciones secretas místicas. Es demasiado obvio, lo sé, pero ya últimamente ni siquiera se ocultan. Así, los niños pueden tener de héroe a un ave sagrada para ellos
  • Los malos malísimos saltan a la vista, desde luego, pero hay que ver las razones que se esgrimen para considerarlos malos malísimos. Se les pinta de racistas (secuestran polluelos y los que no son de su raza son obligados a trabajar en las minas de un material extraño) y obviamente lo son, pero es fácil darse cuenta, examinando los diálogos, que ese racismo no es en realidad la razón por la cual son los malos. Es más, es la típica abeja reina (en este caso, una evidentemente malvada pero atractiva lechuza, consorte del malo) la que expone estos conceptos de forma muy acaramelada y consigue convencer al hermano del protagonista de que se una a ellos (el mito trágico de la lucha de hermanos, que desde Caín y Abel y Rómulo y Remo vemos repetido hasta la saciedad en la literatura clásica y no tan clásica) en contra de los «buenos». Evidentemente, es un racismo solapado que se deja caer al espectador pero que no es la causa fundamental de los males, ya que el verdadero objetivo del malo es conquistar el mundo, y eso es precisamente a lo que se oponen los «buenos». El objetivo principal de los guardianes no es liberar a los polluelos, sino evitar que el malo consiga sus objetivos de dominación mundial. Esto recuerda enormemente lo que pasó durante la segunda guerra mundial, cuando los campos de concentración no se tocaron hasta el final de la guerra. Lo de menos era intentar salvar a las víctimas, lo principal era terminar con los nazis.
  • El héroe es el típico héroe irreal que no le tiene miedo a nada. Aparte de fallos argumentales como que no supiera volar y de repente volase estupendamente, o que a pesar de estar muy lejos del campo de batalla, no haber salido con los demás guardianes y de que realmente él por si mismo no sabía ir, sale en dirección al campo de batalla y llega sin problemas (sí, ponen como excusa la constelación que supuestamente guía a las lechuzas, pero como ya sabemos, el cielo no se ve igual siempre y menos en direcciones contrarias). Pero además, sale por si mismo impulsado por algún extraño motivo y se enfrenta al fuego, a su hermano, al material extraño y a todos los enemigos sin pensar ni un momento, y sin temor en su rostro. Eso no es un valiente, es un suicida temerario. Pero así es como quieren a nuestros hijos en el futuro, dispuestos a cualquier cosa por el sistema. Y por supuesto, hay que adoctrinarlos desde la más tierna infancia.
  • Los guardianes son una clara representación de los illuminatis y de los «buenos», es decir, los americanos y sus aliados. Guardan las antiguas tradiciones y se preparan para ser guerreros, para luchar contra todo lo que se oponga a su orden particular. Es decir, son los antagonistas, no los protagonistas. En el drama griego, el protagonista era el que quería que todo cambiase para conseguir sus objetivos, y el antagonista el que quería que todo permaneciera igual, para seguir conservando el status quo. La tergiversación es evidente en muchas historias de nuestro tiempo, pero en esta película especialmente. Se trastocan los papeles, y los héroes son en realidad, desde el punto de vista literario, lo malos, y viceversa. Que nadie me entienda mal, no estoy diciendo que el dictador racista sea el bueno. Lo que intento hacer ver es que la manipulación cultural llega incluso a destruir los conceptos clásicos de drama y tragedia, de manera que se nos presentan los papeles cambiados, aunque no deba ser así. Además, los guardianes son los que inevitablemente deben ganar sí o sí, y el enemigo es el que debe perder de cualquiera de las maneras. Se nota claramente como durante la deliberación para decidir si intervenir o no, lo de menos era si había polluelos en peligro, sino la supremacía del enemigo. Algo muy de NWO.

Estos son sólo algunos puntos principales de manipulación mental que presenta esta película. Otra cosa que me llamó la atención era la manera en que se obligaba a los polluelos a trabajar, con una especie de «deslumbramiento» durante la noche que los dejaba en una especie de estado de hipnosis, representado por los ojos en blanco y la mirada perdida. Se trata de una clara referencia a como los humanos somos tratados como esclavos de un rebaño de trabajadores, apijotados con la televisión y obligados a hacer de todo para nuestros amos. El protagonista, curiosamente, no cae en la trampa porque es avisado por su amiga de que no lo haga. ¿Por qué? ¿Qué sabía su amiga que nadie más sabía? Es una pregunta que alguien tendrá que responder.

En resumen, creo que no me equivoco al clasificar esta película como auténtico método de adoctrinamiento pasivo y de control mental. Seguramente alguien podrá sacar más punta al tema, pero de momento es lo que hay. Por favor, no lleven a sus hijos a ver semejante cosa. Tampoco se pierden gran cosa, la verdad.

«El verdadero héroe no es aquel que no tiene miedo, si no el que lo tiene y a pesar de todo sigue adelante».