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largeHace mucho que no vengo por el blog, es verdad, y no sé cuanto me durará esta racha, porque esto de ser alguien tan ocupado, la verdad, a veces da bastante por saco… No es sólo curro, si no que escribo en otros sitios, pero sólo aquí tengo, como es lógico, la libertad de escribir lo que a mi me da la gana, que es algo que está bien y mola mogollón… 🙂

Tengo muchas cosas en la cabeza. Evidentemente, como todos sabemos, las cosas están convulsas, no sólo en España, sino en todos sitios, pero por la parte que me toca, me ocupo del tema nacional que por eso lo tengo aquí al lado. No se trata tanto de hacer la crítica de marras, que eso ya lo hace mucha gente en modo “salón” en las redes sociales. Tengo acumulado mucho. Tengo para dar y vender. Y va a recibir todo el mundo. Porque, sinceramente os digo, ya estoy bastante harto de todo y de casi todos, y será que como sumo años, me vuelvo cada vez más intolerante a la idiotez, pero tal vez por eso, por algún punto tengo que dejar escapar vapor para no explotar de forma estúpida, que es fácil que termine pasando porque, seamos claros: esto cada día es más mierdoso. Seguir leyendo

¿El Salvador?

thGeneralmente no hablo de cuestiones relativas a la navidad ni el supuesto nacimiento del Cristo porque en realidad lo considero bastante irrelevante. Quiero aclarar este punto porque generalmente hay mucha gente que se molesta, religiosa y no religiosa, aunque lo hacen innecesariamente. Sin considerar cuestiones relativas a lo religioso o lo esotérico, en realidad es bastante irrelevante. Tampoco tiene demasiada importancia que los antiguos dieran relevancia a esta fecha por la cuestión de las cosechas (las saturniales), y otros posibles ritos. En realidad, todo esto es irrelevante. A mi me interesa más otra cosa, LA COSA, la que probablemente es la cuestión fundamental de todos los tiempos. El concepto de mesias. El concepto de salvador y lo que supone para nosotros, y el porqué poseemos este concepto. Al final del todo, esto es lo más relevante e importante. Se convierte en la piedra angular de todos estos mitos e incluso casi se podría decir que de nuestra civilización occidental. Porque de hecho, no deja de resultar curioso que aunque muchas civilizaciones tienen salvadores, la nuestra es la única que no sólo TIENE salvadores, sino que los busca y necesita. Y ahí, amigos, está el quid de la cuestión. Seguir leyendo

th-5El título puede parecer algo pretencioso, pero como siempre, o comprimo mucho o me expando en exceso, así que voy a hacer las dos cosas y doy rienda suelta a mis luchas internas con total libertad… XD

Internet es el egregor de nuestro tiempo. Algunos lo llaman Zeitgeist, pero esta palabra germana no define el concepto en toda su extensión. Egregor sí. Suena más fea, sin duda, pero es la más exacta. De la Wikipedia:

 

Egregor es un concepto propio del ocultismo que viene a representar una “forma pensamiento” o “mentecolectiva de grupo”, esto es, una entidad psíquica autónoma capaz de influir en los pensamientos de un grupo de personas. La simbiótica relación entre un egregor y su grupo ha sido comparado con los conceptos recientes no ocultistas de empresa o corporación (como entidad jurídica) y el meme. Palabra de idioma de grecia antigua, que significa Angel. Egregores – Angeles, hombres de luz de Dios.

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La quinta religión

Una de las consecuencias de tanto pensar en ideologías y religiones es que llegas a conclusiones sorprendentes. Después de leer una buena cantidad de textos y contenidos diversos al respecto de la religión históricamente hablando, me percaté de que había una sucesión lógica de acontecimientos en las religiones monoteístas que sinceramente llegan a preocupar un poco. Hagamos un breve repaso:

> Culto a Atón
> Culto a Yaveh
> Culto a Cristo
> Culto a Alá

A continuación explico lo que quiero decir. A estas alturas de la vida, es más que evidente que la religión de los judíos es básicamente el culto a Atón transformado en contacto con los cultos a Baal. Aunque hay quien acusa a esta teoría de falsa por fechas, teniendo en cuenta que la historia oficial es básicamente falsa, no me parece incorrecto hablar de modificar un poco los tramos históricos. El que quiera discutírmelo que lo haga, que con mucho gusto entro al trapo. La cuestión es que el judaísmo no es la primera religión monoteísta como durante siglos se nos ha hecho creer. Akenatón estableció el primer culto real a un solo Dios bastante tiempo antes de que los judíos pudieran llamarse un pueblo siquiera. La salida de los judíos de Egipto (es decir, la salida de los últimos adoradores de Atón cuando el faraón murió, cuyo recuerdo fue casi borrado de la historia egipcia, y no el famoso éxodo que se nos ha contado) y su contacto con los auténticos pueblos semitas originales (y su culto a Baal) originó el culto a Yaveh que conocemos hoy en día. Mientras que Atón era un dios bueno y bondadoso con sus fieles, tras el cruce con Baal, Yaveh resultó en un ser vengativo y terrible. Esto que digo está apoyado en la sucesión de acontecimientos (es fácilmente rastreable en libros y artículos, lamentablemente la mayoría en inglés), pero claro, si decidimos saltarnos la historia oficial, cosa fácil si ya sabes como está manipulada, pero no para el neófito. Por eso quiero hacer una aclaración en este sentido, continuando con lo dicho en este párrafo.

Cuando Amenhotep (mejor conocido como Akenatón) estableció el culto a Atón, el único dios, todo fue bien hasta que se le fue la pinza y quiso obligar a la destrucción del resto de dioses, lo que lógicamente molestó a la mayoría, ya que lo que en principio parecía ser una veleidad del monarca pasó a afectar a millones de personas. Cuando Akenatón murió, dejó tras de si una religión y miles de seguidores, que fueron automáticamente perseguidos, ya que de hecho, el mismo recuerdo de Akenatón y su familia fue casi borrado de la historia egipcia, tan violados se sentían los contrarios a Atón, fundamentalmente sacerdotes y la élite aristocrática. Todo volvió al politeísmo de toda la vida, pero los seguidores de Atón fueron condenados al ostracismo. ¿Os suena la historia? Sí, se asemeja enormemente a la historia del éxodo bíblico. La Biblia, como todo texto histórico, ha sido manipulado y cercenado múltiples veces para adecuarlo a la historia oficial, y por supuesto, esa historia, estando los seguidores de Atón fuera de Egipto, tenía que ser totalmente trasgresora con los egipcios, que los habían maltratado y expulsado. Se llevaron de paso consigo un regalito, el arca, que por ejemplo estudiosos como Nassim Haramein sostienen que era un artefacto con el que, posiblemente, se pudieron construir las pirámides. De ahí que el faraón quisiera perseguirlos, no porque se fueran (él encantado, eran unos proscritos), sino porque se llevaban un artefacto totalmente fundamental para ellos. Con el artefacto abrieron el mar rojo y pasaron, destruyendo después a los soldados egipcios tras de si al cerrar las aguas. Cuando relaciones todos estos puntos, la historia comienza a cobrar un sentido totalmente novedoso. Al llegar a la «tierra prometida», usaron el arca para destruir todo a su paso (a ver, ¿¿¿alguien todavía se cree que destruyeron ciudades amuralladas completas CON TROMPETAS??? Como mucho les darían dolor de cabeza, pero poco más…), y establecieron su reino en el Levante occidental. Allí se encontraron fundamentalmente con los filisteos, que adoraban a Baal (Baal Zebub, curiosamente se llamaba), y mezclaron tradiciones y culto hasta formar el judaísmo que conocemos hoy día. Hay que destacar que los judíos eran (no digo que son, por razones que no trataré en este artículo) hebreos, pero no todos los hebreos eran judíos. De hecho, se tenían bastante tirria unos a otros. Las famosas tribus de Israel eran un compendio muy heterogéneo de las cuales desaparecieron la mayoría y algunas se integraron en el entorno judío, como los levitas.

Cuando el primer cristianismo gnóstico apareció en Alejandría por parte de judíos proscritos (que volvieron al hogar), se quiso retomar el culto a Atón mezclado con el esoterismo egipcio (culto a Horus), lo que dio lugar a la idea del Dios-Cristo resucitado, que sin embargo fue totalmente adulterado por la Iglesia con el paso de los siglos, hasta lo que conocemos hoy en día. Y por último, el cristianismo tuvo su versión árabe en el islam, adaptando al Dios único en Alá junto con las costumbres y tradiciones bereberes y arábigas. Y ahí se acabó la cosa. En aproximadamente 2.500 años surgieron cuatro religiones aparentemente distintas que en realidad se iban sucediendo una tras otra, y la cosa se paró hace 1400 años. Parece que habíamos llegado a la cúspide de las religiones monoteístas. Pero como voy a explicar a continuación, no puedo estar de acuerdo con eso.

Uno de los objetivos del sistema siempre ha sido el control total y absoluto de las personas, y para alcanzarlo, es necesario controlar también la religión. Durante bastante tiempo ha sido así. Los estados han tenido sus religiones oficiales, y cuando la religión molestaba, se creo el agnosticismo y el ateísmo como nuevas formas religiosas sin Dios. Si a alguien le queda duda de que el ateísmo es una religión, sólo hay que observar que sus seguidores básicamente hacen lo mismo que todas las religiones hasta la época: yo soy bueno y tú eres malo. La única diferencia es que en vez de decir que los demás dioses son los malos, directamente dicen que no hay dioses que adorar, y al ser todos malos, se llega al nihilismo religioso máximo. Pero ser nihilista no significa que no creas en algo: simplemente crees que no hay dioses. Es una creencia como cualquier otra.

Dado el despliegue de creencias y descreencias realizado hasta la fecha, parece mentira que aún así sea posible que el sistema lo siga intentando con la religión. El problema principal de las religiones que se han usado hasta ahora es que une a la gente de forma poderosa y planta fuertes creencias en la mente de los individuos, una moral y una ética. Y eso, obviamente, no es factible para el sistema. Hasta el ateísmo hace eso. Así que había que contraatacar con lo más nuevo y mejor en materia religiosa: la new age.

La new age viene persiguiéndonos desde mitad del siglo XIX. Los teosofos nacieron precisamente para dar carta de naturaleza a lo que tenía que convertirse en la religión del sistema global. El sistema persigue que todas las personas del mundo tengan la misma creencia, y para ello hay que salvar el handicap de la multitud de religiones existentes hoy día. ¿Que cómo se hace eso? Bueno, la manera más fundamental es hacer un batiburrillo de las religiones más importantes y presentarlo como una corriente espiritual. Como ya indiqué en otro artículo, la espiritualidad es algo contrario a la religión. Pero al igual que las religiones, la new age presenta la espiritualidad de manera manipulada para hacerla ver como la mejor manera posible de espiritualidad. Mientras que las personas religiosas entienden la espiritualidad como la persecución de la felicidad elevada en  la esencia de su dios, la new age lo presenta de forma más agnóstica, budista si se quiere, pero no por ello más real: se usa la idea del dios interior, pensamiento elevado espiritual, para generar a su vez la idea de que ese dios interior es un seguidor de otro dios a mayores. Pero si esto fuera simplemente así, entonces sólo tendríamos un intento de religión más que no tendría muchos adeptos. Y ahí es donde entra la fusión con otras religiones: los maestros ascendidos. Estos seres, que a la sazón son conocidos por todos (Jesucristo, Buda, Zoroastro, Confucio, Mahoma, etc…) serían representantes del «verdadero dios», y habrían venido hasta aquí para prepararnos para la verdadera venida del dios supremo: Maitreya.

Pero es que hasta esto hay que entenderlo bien. Estos teosofos no eran tontos ni nada. Resulta que el colega este, Maitreya, es nada menos que el sucesor de Buda, así mecionado por él antes de morir. Casi nada. Así, el tal Maitreya tendría que venir al mundo pregonado por estos maestros ascendidos, de forma que todas las formas religiosas actuales serían falsas, como una preparación para la llegada del verdadero dios. Así se cierra el círculo: todas las religiones no eran más que un ensayo para la verdadera religión global. Os lo digo en serio: cuanto más investigo a esta peña más me sorprenden. Su capacidad de inventiva es sin lugar a dudas encomiable.

Por supuesto, aquí no se acaba la cosa: coincidiendo con el 2012 y toda la parafernalia esta, llevamos años aguantando a las patrullas espaciales, a los pleyadianos y a no se cuanta peña más diciéndonos que nos van a salvar y que están aquí para cuidarnos. Se han convertido en los últimos ídolos de la new age como los mensajeros cósmicos que nos salvarán de las catástrofes que están por venir. Más miedo irreflexivo para jodernos los chakras. Todos estos personajes están relacionados entre si, y una de sus relaciones es el famoso Blue Beam (como ya comenté en este artículo), de forma que se nos aparecerán, en cada punto del planeta uno distinto, todos los grandes maestros espirituales conminándonos para que olvidemos las antiguas religiones y sigamos al verdadero señor creador de todas las cosas, Maitreya. Puede que incluso cambie el nombre, pero eso no cambia lo fundamental: que nos van a intentar meter otro gol, y mucho me temo que lo van a conseguir. Teniendo un solo gobierno mundial, un solo ejercito mundial, un solo banco mundial y una sola religión mundial, todo estará bajo su único control y no habrá salida posible. ¿Qué son capaces de hacerlo? Sí ¿Qué lo lograrán? No lo sé, pero en todo caso, intentarlo lo van a intentar. De momento ya han conseguido confundir a mucha gente con una falsa espiritualidad de chichinabo que les aleja del verdadero dios, que son ellos mismos. No necesitamos buscar a dios a ningún sitio porque está dentro de nosotros. No hay otro dios que nosotros mismos, y el que os diga lo contrario está mintiendo como un bellaco. Mientras sigáis buscando fuera de vosotros la verdad, nunca conseguiréis encontrarla, y eso precisamente es lo que quieren.

Ya por último me gustaría terminar con una reflexión. Como en tantas y tantas cosas en esta vida, la perspectiva correcta es la mejor. La cuestión es que, como indicaba en el artículo anterior, el sistema usa el conflicto para separarnos y debilitarnos. Al generar una religión que es en realidad conflicto de varias y que no tiene una moral y una fe claras y definidas, algo perfecto para atraer a los que están justamente descontentos de las religiones convencionales, se genera un prosélito confuso, indigno, que en realidad cree tener fe en algo pero no cree en nada. Alguien en esas circunstancias es altamente manipulable y su mente puede configurarse de muchas formas diferentes. Por favor, si eres creyente, sigue tu fe, porque aunque no estoy de acuerdo con ello, creo que es la mejor manera de no caer en esta maldita trampa. Los que seguimos la espiritualidad no religiosa (incluida la new age) debemos luchar por delimitar adecuadamente todos los aspectos de nuestras creencias porque han sido altamente manipulados para convertirlas en la religión mundial. A los ateos no les digo nada porque poco hay que decirles, excepto que no caigan en más falacias intelectuales de lo que ya lo hacen. Y a los que han caído de una forma u otra en esta trampa, les pido que reflexionen y se den cuenta de que están siendo controlados exactamente lo mismo que el resto, sólo que creen ser libres. Y en esto, o estamos todos juntos o todos juntos vamos a terminar por el sumidero. El que avisa no es traidor.

Ateísmo

La extraña dicotomía Dios-Ateos

«Los ateos deberían convertirse a alguna religión: al menos hablarían con conocimiento de causa».

Esta frase es del menda, puede ser distribuida con mención… 🙂 Lo que quiero decir con ello es que, lamentablemente, como en tantas otras cosas en esta vida, los ateos tienen el problema de que hablan de algo que desconocen. Lamentablemente, los creyentes también.
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Las religiones no son un camino espiritual

Me suelo encontrar a menudo con preguntas de aparentemente difícil respuesta y que generalmente suelen depender de usar nuestro pensamiento racional y lógico de una forma adecuada y correcta. La pregunta que enuncio en el título es una de ellas. ¿Es posible una espiritualidad religiosa? La respuesta corta es que no. La larga viene a continuación.

Es relativamente habitual encontrar en la web páginas de personas religiosas que dicen hablar de espiritualidad. Para el individuo poco informado, terminan siendo ampliamente decepcionantes porque tras la lectura, uno no se ha encontrado más que referencias constantes a Dios, Cristo, la Virgen y el rosario de la aurora… Curiosamente, no hay casi páginas de espiritualidad judía, hindú (este es un caso aparte que comentaré luego), mahometana o de otras religiones mayoritarias o minoritarias. La inmensa mayoría son cristianas. Uno podrá decir que es la religión más importante del planeta en estos momentos, pero con toda probabilidad ese no es el problema. Tengo una perspectiva ligeramente distinta del asunto.

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Adiós, Paaaaaaaaaaapa…

Yo he sido de los que siempre ha puesto a caer de un burro al establishment eclesiástico (y sin meterme en temas ocultos, que tienen cadáveres en el armario para aburrir…) y a la religión en si misma. Los que seguís este blog desde siempre lo sabéis. No me satisface que este señor venga aquí casi una semana a hacer la tourné con dinero de todos y para decir la misma sarta de chorradas de siempre. Pero…

Siempre hay un pero, ¿verdad? Sí, hay un pero. El pero es que a pesar de los pesares y nos pongamos como nos pongamos, es el lider religioso de millones de personas en todo el mundo, entre ellos, unos cuantos aquí en nuestro país. Siempre he defendido la secularización, pero desde el respeto a las ideas de los demás y su fuero interno. Justo lo que las fuerzas de izquierda fabiana no han hecho en esta ocasión. Es curioso que no hace mucho este señor hubiera estado por aquí y que en esa ocasión, como otras, casi no se oyeran críticas excepto de los más acérrimos y denodados izquierdistas. Pero he descubierto con pesar y cierta preocupación que lo de esta vez ha sido diferente. A pesar de que en realidad el que este señor haya venido o no no ha cambiado nada y no ha sido muy diferente de otras veces, las redes sociales han echado chispas. Facebook no tanto porque es el botellón de la red, pero Twitter y Google+ echaban humo. Los agentes del izquierdismo radical han echado los restos de formas que no podía sospechar. Si dicen que para el JMJ había incluso contratado community managers para la promoción (válgame el cielo!), en el caso de la oposición atea y laicista, la cosa no ha sido menos. Todos los blogs y columnas dirigidos por gente filo-comunista ha hecho horas extras para echar pestes de unas formas increíbles. Pero que nadie se eche las manos a la cabeza: como os podéis suponer, estaba todo preparado.

Que cosas, otros años no existía el factor perro-flauta. Así es, amigos y amigas lectores. El 15M & company se han encargado de hacer los restos del trabajo. Tienen a gente trabajando grauitamente, de forma voluntaria, para emitir por toda la red los mensajes adecuados y convenientes para el caso. Ha sido una estrategia brillante y aleccionadora, sin duda. Porque a mi me ha enseñado algo: vamos a persistir en esto durante mucho tiempo. Tienen que hacer vivir el 15M como sea, a pesar de que no tiene apoyo popular, de que casi nadie les escucha y que tienen que terminar abandonando las plazas porque la gente, como es lógico, tiene una vida y no está para hacer el idiota más de una semana seguida. Porque, y ahora viene lo bueno, me gustará ver como sobrevive el movimiento ahora que acaban las vacaciones. Lo del JMJ, como tantas otras cosas, han sido el curioso resultado de un trabajo en equipo donde todo el mundo, hasta el perro, han tenido su papel. Pero (otro) esto no es lo que más me preocupa.

Me preocupa que durante unos días, una panda de energúmenos haya enfrentado a unos españoles contra otros. Salvando las distancias, eso es lo que pasó ya sabéis cuando. Personas que una mañana se saludaban afables, una semana más tarde se acusaban estúpidamente y un mes después se pegaban tiros en una trinchera. Vivimos, amigos y amigas, en un novedoso y cada vez más continuado estado de la crispación (ya sabéis, lo que le interesaba a Zapas), de forma que, en comandita con el resto del mundo, todos nos enervémos para que ellos puedan construir a gusto su New World Order. Las noticias se amontonan, y si el otro día hablábamos del microchip, ahora sabemos que Inglaterra está al borde del colapso, y nosotros a punto de ser intervenidos. El verano viene bien para que las cosas no se sepan, pero los que no vemos la tele ni leemos los periódicos sabemos lo que pasa. Estamos al tanto. Os estamos vigilando.

Organizadores del 15M y chorradas semejantes: sabemos quienes sois y vuestros objetivos. Y mientras podamos, no vamos a dejar que el resto de la gente siga ignorante de vuestros propósitos. Puede que no nos crean, pero no importa: nuestra misión es informar, no convencer. Creemos en la capacidad de la gente de despertar y vamos a tomar cartas en el asunto. Poco a poco, vamos haciendo nuestro trabajo. Sibilinamente, de forma sigilosa, mientras vosotros vociferáis y dais por saco. No vamos a dejar que destruyais este país como pretendéis. Y que os quede clara una cosa: el Papa se ha ido, pero hay aquí millones de personas que tienen su palabra como consigna. Si eso no os acojona, nada puede hacerlo, no creéis?

El templo interior

Existen dos tradiciones mistéricas principales: la exotérica, que es básicamente la que proporcionan las religiones a sus fieles para la práctica diaria, y la esotérica, que es la practicada a nivel interno por los iniciados en los misterios de las religiones o de las principales filosofías en todo el mundo. La diferencia fundamental entre las dos es, como su nombre indica, la perspectiva que toma: la exotérica mira hacia fuera, realiza todos sus ritos públicamente y de forma materialista, dependiendo estos ritos siempre de unos sacerdotes y unos practicantes que se somenten a una dura disciplina mental que, en general, suele estar bastante vacía de contenido; la esotérica es interna, busca la realización interior por medio de ritos secretos y privados (lo que no significa que sean extraños o peligrosos, sino que no son compartidos con la mayoría de los mortales), orientados fundamentalmente a dos objetivos básicos: la superación espiritual en el mundo terrenal y la superación espiritual en otros planos de existencia. Naturalmente, esa superación puede ser de tipo positivo (basada en el amor) o de tipo negativo (basada en el miedo), y todo depende de la orientación que desee el sujeto en cuestión.

Pero la diferencia entre los dos también radica en el templo, es decir, el lugar donde se desarrollan los ritos y acciones religiosas o espirituales. Los ritos exotéricos se practican en el templo físico, normalmente un edificio o un lugar específicamente orientado a la realización de esos ritos, de forma que todos los fieles se entregan en ese templo a la realización de esos ritos de forma única y exclusiva, aunque dependiendo de las tradiciones religiosas y los tiempos, estos pueden variar en el emplazamiento. Hasta un campo puede servir de templo. Pero ante todo, es algo separado de nosotros, que se encuentra en un plano físico distinto del nuestro. Los ritos esotéricos, sin embargo, se desarrollan siempre en el templo interior, que somos nosotros. Básicamente, lo que significa el término «templo interior» es nuestro cuerpo, y los otros cuerpos sutiles, donde reside el espíritu. De ese templo quiero hablar en este artículo.

Generalmente damos poca importancia al cuerpo, o al contrario, damos demasiada relevancia a nuestra plano físico. Muchos exégetas o seguidores de algún camino espiritual suelen despreciar el cuerpo físico incluso hasta límites del aborrecimiento, dándole una importancia nimia e incluso exagerando la importancia de desprenderse de él. Otros, sin embargo, deciden todo lo contrario: el cuerpo se convierte en el centro de la existencia, y su belleza, cuidado y atención son las acciones fundamentales alrededor de las cuales gira la vida de la persona. Es lo más importante y como tal, debe ser antepuesto a cualquier otra consideración. En medio, la masa suele oscilar entre una posición u otra hasta llegar al ominoso punto medio, aquel en el cual ni fu ni fa, ni tiene relevancia ni se la quitan. Simplemente no le dan ninguna.

Estas tres perspectivas son, desde mi punto de vista, totalmente erróneas. Unos por exceso y otros por defecto, y el resto por no aportar ninguna claridad de ideas al respecto. El cuerpo físico es, sin duda, prescindible desde el punto de vista espiritual, pero los que lo desprecian no tienen en consideración un hecho fundamental: vivimos en él. Es nuestro «templo», donde residimos como entes divinos, y despreciarlo o incluso no atenderlo es signo de dejadez espiritual. No podemos vivir en una casa sucia, maloliente y que se cae a trozos, ¿verdad? Pues, ¿por qué lo hacemos con nuestro cuerpo? Debemos cuidarlo y sanearlo de forma habitual, evitar que sufra e intentar consolidar nuestra esencia en su interior durante el periodo de uso que le damos. Sí, el cuerpo es un medio, en el que existimos durante un corto periodo de tiempo, pero es el medio que usamos para ello, y no debemos desdeñarlo con ligereza.

Como acabo de decir, es un medio, no un fin. Las personas materialistas ven en el cuerpo el único objetivo de la existencia. Vivimos y morimos en él y después ya no hay nada más. La única existencia válida es la que realizamos en este instante, y cualquier otra consideración está fuera de lugar. Para los que hemos experimentado el conocimiento interior, esto no es válido. Si toda nuestra vida la dedicamos única y exclusivamente a perfeccionar nuestro lado físico y material y desdeñamos completamente el lado interior y espiritual, estamos cometiendo un error mayúsculo. Porque tras la muerte, que no es más que la liberación de las ataduras energéticas con nuestro cuerpo, continua la existencia, y si no nos hemos desarrollado espiritualmente, deberemos volver a experimentar tanto las cosas buenas como las malas de nuestra existencia anterior, de las cuales no hemos aprendido nada. La evolución espiritual sirve para alcanzar mayores cotas de desarrollo interno, y si no lo hacemos, simplemente hemos desperdiciado el tiempo de existencia, que por otro lado es infinito.

El templo interior es todo lo que somos, aunque no lo veamos. No es sólo el cuerpo físico, sino también el energético y el mental (también llamado emocional por algunos autores), aunque de estos me ocuparé más adelante de forma más específica. Ante todo, lo que quiero transmitir en este artículo es que ni somos sólo un cuerpo ni somos sólo un espíritu: somos un espíritu en un cuerpo, y de la adecuada fusión de ambos elementos podremos obtener una vida más feliz, poderosa y evolucionada. Sólo ambas cosas pueden proporcionarnos lo que necesitamos para elevar nuestro desarrollo personal a cotas mayores en todos los sentidos.

Tras subir el último artículo sobre política e indicar que escribiría otro sobre ciencia relacionada con la religión, me han pedido que lo escriba y dado que estoy parlanchín, pues allá va. Lo que escribo a continuación, como en el caso de la política, puede ser rastreado y comprobado al cien por cien, especialmente por cualquiera que haya estado en contacto o haya estado involucrado de alguna manera con lo que en términos generales podemos llamar «ciencia oficial», que es básicamente como la versión católica de la ciencia. A lo que vamos.

Puede que para mi sea demasiado evidente, pero para aquellos que acaban de incorporarse al programa, puede que la siguiente afirmación suene un tanto extraña, si no algo dura para según que mentalidad, pero allá va:

La ciencia es una forma de religión.

Esto, así dicho, parece incongruente para muchos, pero vaya, nada más lejos de la verdad. Primero voy a exponer el porqué de esta afirmación, después pasaré a explicar la postura y finalmente a indicar porque la ciencia no es, ni mucho menos, para ateos, o como mucho, agnósticos. Agárrense porque viene otra de las mías.

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Hacía unos días que no escribía y este es un buen momento para hacerlo. Zapas ha dicho que ya no quiere tragar más excrementos y le doy la razón: ya era hora, hermoso. Te ha costado lo tuyo. Pero bueno, ya has hecho el trabajo de tus amos, así que ahora puedes irte con una pensión vitalicia acojonante y con la posibilidad nada despreciable de que probablemente seas considerado el peor dirigente de la historia de esta «gran nación»… Y a tenor de esto, quería expresar mi opinión sobre la política, y la razón fundamental por la que dejé de creer en ella: no es más que otra forma de religión, pero sin un dios sobrenatural al que adorar. En al política, se adora al líder.

Existen en nuestro mundo de hoy tres formas religiosas principales: la primera es, lógicamente, la propia religión, de la que no voy a hacer mención porque es muy obvio y porque requiere mucho mayor estudio. La segunda es la política, tema con el que voy a sumergirme a continuación. Y la tercera es la ciencia, tema que trataré en otro momento más adelante. La religión política está basada en la adoración al líder. Se sustituye a Dios por un ser humano normal y corriente (más o menos) o por un grupo de ellos (con lo que de una religión monoteísta pasamos a otra politeísta), de manera que ellos obtienen su poder de la adoración de sus votantes (el equivalente a los beatos de la religión convencional). Cuantos más votantes, más poder, y de esa manera, se establece una lucha con otros dioses que tienen menos votantes pero que luchan por medio de la propaganda para obtener más. Los seguidores de cada religión (derecha, izquierda, centro, etc…) siguen a sus líderes allá donde van, les vitorean y piden sus favores, y de vez en cuando reciben respuesta. Los ven inalcanzables, como estrellas de cine (otra forma de deidad con la que me gustaría meterme más adelante), y creen en ellos y sus promesas como si de los cielos fueran recibidos. Estos dioses son desbancados por otros dioses que tienen sus propios seguidores y así continuamente. El campo de batalla, en vez de ser el espíritu de sus seguidores, es la democracia, concepto generado para crear la falsa ilusión de que los votantes tienen la posibilidad de elegir quien les gobierna, cuando en realidad sólo pueden elegir a unos determinados que ya fueron elegidos antes por entidades superiores (¿supra-dioses?), de manera que ellos siguen confiando en que ese campo de batalla es el mejor para sus intereses. Estos dioses crean normas morales y éticas (leyes) que les sirvan para que el sistema se auto-sustente de forma indefinida.

Esto, así dicho, puede parecer una exageración. Pero rogaría a los escépticos que me demostrasen que esto que acabo de decir no se aplica al 100% (y seguro que me dejo algo) a la política tal y como la entendemos actualmente (y no nos engañemos, tal y como se ha entendido toda la vida). Los políticos juegan a ser dioses y semidioses que consiguen sus deseos de poder por medio de la sumisión de los votos de sus seguidores, de manera que pueden ejercer ese poder durante un cierto tiempo. En realidad, la democracia se creó para que no fuera sólo un dios quien detentase el poder indefinidamente, sino para que este pudiera repartirse con el menor derramamiento de sangre posible por parte de los «elegidos» para ser Dios. Para ellos, es el único objetivo en esta vida. No hay otra opción. Su forma de vida es la de «dioses profesionales», de manera que cuando dejan de serlo, queda su leyenda: tal presidente hizo esto, el diputado aquel hizo aquello, el ministro tal hizo cual cosa… Y esa leyenda queda en el inconsciente colectivo, tanto de los propios como de los ajenos, grabado a fuego, como si se tratase de historias legendarias al estilo «Señor de los anillos». Incluso traspasa las décadas y se les sigue recordando incluso cientos de años después.

Pues sí, amigos, esto es la política. No es el arte del buen gobierno. Eso lo sabemos hacer todos y cada uno de nosotros. No hace falta que venga nadie a decirme como debo llevar mi vida. La política no es más que el arte de conseguir aborregar a millones de personas para alcanzar ese ansiado aunque temporal poder. De vez en cuando, algún aspirante decida que no quiere compartir el poder y habitualmente con una guerra civil o un golpe de estado se queda de forma permanente con él, pero claro, la propia levedad del ser impide que eso dure para siempre. Damos gracias, pues, que eso no pasa más a menudo, aunque en realidad ninguno de nosotros notaría gran diferencia. Es más, irónicamente hablando, al menos no tendríamos que aguantar cada cuatro años las chorradas de siempre. No hay mal que por bien no venga.

PD: con esto último no estoy defendiendo ningún tipo de dictadura. Simplemente quiero equilibrar las ideas «democráticas» como lo que realmente son: una dictadura disfrazada de libertad.