Antes de continuar con mi serie sobre política, quería hacer un inciso para, hablando de algo que no es habitual en mi, referirme a una cuestión que me ha molestado mucho y que creo que refleja y representa la sociedad que vivimos hoy en día, y es como se encumbran «obras» de muy dudosa calidad como si fueran realmente maestras cuando en realidad son una basura descomunal. Como pequeña introducción, decir que se trata de una película que durante años algo dentro de mi me decía que no tenía que ver a pesar de que mi Yo consciente me empujaba a ello. Suelo hacer caso de mi intuición pero en este caso hice lo que no se debe hacer: apagarla y hacer lo que es socialmente aceptable. Os prometo que no lo volveré a hacer, aunque sólo sea porque la experiencia ha sido incluso enfermiza físicamente.
Me hallaba viniendo a Valladolid a pasar estos días cuando había decidido, horas antes, meter una película en la tablet para ver de camino en el bus. Como digo, mi Yo interior me había insistido durante años el no verla, y yo me había dejado llevar (ahora sé que con buen tino) hasta que ayer, como digo, anulando cualquier capacidad racional personal, decidí verla. Gran error. Tan grande como el título de la propia película en si. Es posible que algunos ya hayáis adivinado de que va este asunto. En efecto: se trata de «El gran Lebowski».
Visto desde fuera, todo parecía ser correcto: dirigida por los hermanos Coen, protagonizada por Jeff Bridges y John Goodman, dos actores a los que respeto, así como Steve Buscemi, Julianne Moore (a los que también respeto) y otros buenos actores. Además, sabiendo lo popular y famosa que había sido, a pesar de mi contumaz subconsciente, todo parecía indicar que no debía ser tan mala idea. Pero mala idea. La película, por llamarla algo, es de principio a fin algo sin sentido ni porqué. No hay nada. Vacío puro y duro. Como insisten en repetir una y otra vez en el guión, nihilismo puro y duro. Pero eso en sí no sería realmente lo más malo: el argumento podría ser más o menos interesante para hacer una historia si no fuera porque todo está muy mal diseñado y ejecutado. Hay tantas cosas mal en esta película que no sé por donde empezar, pero: ¿qué pinta el personaje de Buscemi en todo esto? ¿Le debían un favor y escribieron cuatro líneas para que saliera? Los demás personajes por supuesto son todos inverosímiles y sin sentido (como casi siempre, los que mejor actuaron fueron Julianne Moore y Philip Seymour Hoffman, en papeles menores y casi sin contenido pero que destacan nada más salir, ya que el resto se limitan a repetir un guión ya de por si estúpido sin diálogos coherentes). El propio argumento no tiene por donde cogerse en ningún punto: he hecho, la trama principal, ni siquiera tiene sentido como tal, y no es relevante para lo que se quiere contar, que no es más que las correrías en plan Quijote de dos perdedores que no tienen otra cosa que hacer en su vida que vaguear e ir de un lado para otro. Las frases repetidas (que demuestran que al menos en esa ocasión los Coen no estaban lo que se dice muy despiertos cuando lo escribieron) y las situaciones sin contenido alguno durante la película (de hecho es fácil que más de media hora de película se pueda eliminar sin alterar en lo más mínimo el resultado final) son dos meros ejemplos de como se puede hacer una película, convertirla en objeto de culto y pasar a la historia de un mercado cinematográfico absurdo. Es más, una de las secuencias más famosas, que es el personaje de Turturro lamiendo la bola de bolos antes de lanzar, es mero postureo, ya que su papel no pinta absolutamente nada en la historia. Es como si todo el filme fuera un mero juego de espejos donde no es relevante nada de lo que sale. Simplemente sale y punto.
Pero lo que más me preocupa de todo esto es que tanta gente haya caído en la insensatez de pensar que este filme tiene siquiera algún signo mínimo de calidad. Es tirarse dos horas de nada absoluta. A mitad de película estaba pensando en quitarla, porque me estaba dando dolor de cabeza (cosa que no suele pasarme ni siquiera con películas comúnmente consideradas «malas») y me estaba sintiendo mal físicamente, cosa que no me había ocurrido en todo el resto del viaje, pero decidí verla hasta el final. Craso error. El final es aún peor que el resto de la película (lo único que se salva es ver a una guapísima Julianne Moore aprovechándose del «Nota» (el personaje de Bridges) para tener un hijo, doblando su cuerpo para que el semen entrara más adentro, lo que no deja de ser la única paradoja interesante de la película: que alguien quisiera tener un hijo de semejante estúpido como el «Nota»), donde en vez de resolverse la trama (que tuve que pensar si la habían resuelto o no, porque sencillamente no ocurren más que dos o tres ideas estúpidas no relacionadas entre si y que dan al protagonista la idea de lo que supuestamente está pasando, pero aún no tengo muy claro que realmente eso fuera así), simplemente ocurren otra sucesión estúpida de acontecimientos (no entiendo porque «Dos tontos muy tontos» no es considerada mejor película, ya que ocurren más o menos las mismas idioteces pero al menos en esa las entiendes) que dan lugar a que el personaje más irrelevante de la historia (el de Buscemi) muera y de repente se convierta en el protagonista del final. Aristófanes estaría revolviéndose en su tumba ahora mismo.
Como ya habréis derivado de lo anterior, os recomiendo que huyáis de este engendro todo lo lejos que os sea posible. Sé que muchos me criticarán por decir lo que he dicho, pero si me pueden rebatir racional y conscientemente algo, que lo hagan, con sumo gusto lo discutiré. Para ver esta película tienes que hacer una suspensión de la credulidad mucho mayor que con «El señor de los anillos», que ya es decir (menos mal que echaban la tercera parte en la tele ayer mismo, me pude quitar el amargo sabor de boca con una historia realmente buena de verdad), y eso es algo inadmisible para cualquiera que tenga un mínimo gusto cinematográfico. Si aún así tenéis los «santos coj…» de verla, advertidos estáis de lo que os vais a encontrar. El que avisa no es traidor.
(PD: si, prometo no volver a hacerlo. Gastar bits en hablar de esto tiene el único objetivo de avisaros sobre tamaño peligro que os acecha; en vuestra conciencia queda).